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Cesta

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Fibras textiles vegetales

Chaguar

El chaguar ( Bromelia hieronymi ) ha sido tradicionalmente utilizado por los Wichi, un pueblo de cazadores-recolectores del Gran Chaco, y está, junto con su idioma, en el corazón de su identidad cultural. Utilizando antiguas técnicas en yica, la mujer wichi plasma los códigos ancestrales de expresión artística en distintos dibujos que teje combinando formas y tonalidades. La yica proviene del chaguar, una planta de la familia de las bromeliáceas que crece espontáneamente en el territorio. La búsqueda y recolección del chaguar con fines textiles, así como el proceso de extracción de la fibra, hilado, tintura y posterior tejido son actividades realizadas exclusivamente por las mujeres. De cada chaguaral, las mujeres seleccionan las plantas que tienen el tamaño y la calidad adecuada. Una vez recogidas las hojas para poder obtener los hilos deben someterlas a un laborioso proceso que insume varias semanas de trabajo.

Se retiran las espinas y se pelan separando las fibras de la parte externa. Luego se machacan en un mortero de piedra, se raspan, se remojan una y otra vez extrayéndoles la clorofila hasta que la fibra adquiere un color crudo, y se colocan al sol varios días para deshidratarlas. A continuación la fibra obtenida se tiñe con tinturas extraídas de la misma selva, y se hila formando ovillos. Con estos mismos hilos, las mujeres Wichi siguen fabricando artículos para la subsistencia como bolsas de acarreo, sogas para animales, cuerdas para trepar árboles, redes de pesca, hamacas, mantas y esteras. Se considera que los pueblos indígenas del Chaco Boreal y Central poseen la tradición más rica en tejidos de punto, después de los andinos. Estas redes de malla son la supervivencia de una de la técnicas textiles más antiguas de Sudamérica.

Palma Caranday

La Palma Caranday es una de las cinco especies que comprende el género Trithinax, nativo de Sudamérica. Muy rústica, crece en zonas de suelos áridos, pedregosos y secos, pudiendo presentarse en forma aislada o formando palmares extensos. Es un tipo de fibra que tiene la particularidad de que húmeda es muy maleable y fácil de manipular, y seca adquiere una altísima resistencia.

El proceso comienza en el monte nativo, con la recolección manual de las hojas de palma. Para su conservación y perdurabilidad, la búsqueda se hace solo en días soleados y en luna nueva, ya que así se aseguran una fibra más flexible y clara. Una vez seleccionadas las mejores hojas, las cortan retorciéndolas para evitar el daño a la planta. Luego se hace el desfibrado, y el proceso de secado que dura de 10 a 15 días. Para la elaboración de la cestas se utilizan distintas técnicas: en espiral, donde la base está constituida por haces de palma cosida con aguja, o tejida, entrelazada con los dedos, y con moldes de madera sobre los cuales se entretejen las fibras.

Takuaras

El material utilizado en la cestería Mbya Guarani es una variedad de takuara disponible en la provincia de Misiones, que permite ser tejida y que tiene la particularidad de crecer durante largos períodos de tiempo y florecer una sola vez en su vida, tras lo cual mueren, produciendo semillas para la próxima generación. Dichas floraciones ocurren de forma masiva cada 30 años en un mismo territorio.

Una vez obtenidas las takuaras del monte, se cortan, se raspan para quitarles la película fotosintética que permite colorearlas, se dejan secar al sol, y se cortan cintas longitudinales de distintas medidas que luego se secan en atados de varillas hasta que estén listas para ser tejidas. Estas cintas que se conocen con el nombre de takuapí,  luego se desplegarán en infinitas tramas generando ritmo, equilibrio, contraste y textura. Los diseños surgen a partir del entretejido con el güembepí, otra cinta vegetal de un color terroso rojizo, muy resistente, extraída de las múltiples raíces aéreas del Philodendron bipinnatifidum, conocido por los guaraníes como güembé.

Las técnicas y los materiales utilizados no constituyen meras estrategias prácticas, ya que responden, o están ligados a estados espirituales,

Sus cestos son mucho más que un recipiente para el transporte. Fueron y continúan siendo parte de un ritual de invocación y presencia de lo sagrado, de los ancestros. Sus fibras siguen recolectándose en los escasos árboles de los antepasados que aún no han sido enajenados, en los seres vivos que aún retienen las huellas, las presencias y los cantos.